Seguramente más de alguna vez habrás escuchado el término “bebidas espirituosas”. Esta expresión está ligada a las experiencias que tenían quiénes realizaban este proceso siglos atrás, ya que en el momento de la destilación los alcoholes de este licor se evaporaban, y cuando los destiladores veían este fenómeno pensaban que se trataba de algunos espíritus.
Según la RAE una bebida espirituosa es la que se obtiene por destilación con una alta concentración de alcohol.
“LICOR: Bebida espirituosa obtenida por destilación, maceración, infusión o mezcla de distintas sustancias compuesta de agua, azúcar, alcohol y esencias aromáticas”.
De allí nacen algunas creencias populares, como pensar que tomar una bebida espirituosa eleva o alegra el espíritu; también se dice que con el proceso de la destilación se obtiene la esencia, es decir del espíritu de la bebida, considerada la parte o porción más pura y sutil de la misma. Otra teoría de la que se habla mucho es que estas bebidas fueron utilizadas como elixires medicinales, pues eran capaces de curar diversas enfermedades entre la población, por lo cual, cuando una persona era curada gracias a una bebida destilada, se decía “le volvió el espíritu”.
Bebiendo la cultura mexicana
Las bebidas espirituosas se convirtieron en un lienzo en blanco para la expresión cultural y la afirmación de identidades. Cada región del mundo desarrolló sus propias especialidades, que reflejaban sus recursos naturales, tradiciones y creencias.
En la cultura mexicana, existen distintos destilados que se elaboran a partir de plantas de agave, siendo llevadas a un proceso donde se obtiene la bebida espirituosa. Dicho proceso varía dependiendo del destilado que se quiera elaborar. Algunos de ellos y los más reconocidos son: